El encuentro finalizó con la firma de un declaración conjunta. El propósito es buscar “la construcción de un régimen de paz duradero y sólido en la península coreana”.
Por Tania Catalán
Singapur fue testigo de una cumbre histórica e inesperada. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su homólogo norcoreano, Kim Jong-Un, se juntaron este martes 12 de junio en el Hotel Capella, en la isla de Sentosa, tras siete décadas de tensiones.
Los presidentes se tomaron de la mano y posaron delante de las banderas de ambos países antes de iniciar la reunión. Nunca antes, se habían reunido dos jefes de estado de estos países.
El encuentro fue a puerta cerrada entre ambos mandatarios y sus respectivos traductores. 40 minutos duró el esperado mitin. Tras la reunión se desarrolló una comida de trabajo en la que participó secretario de Estado, Mike Pompeo, el jefe del Estado Mayor del Ejército, John Kelly, y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, entre otras figuras.
La cumbre se extendió por más de cuatro horas y terminó con la firma de un documento conjunto que cambiará la relación entre Estados Unidos y Corea del Norte. Además de su tema central: la desnuclearización.
Las claves del documento
“El presidente Trump y el presidente Kim Jong-Un llevaron a cabo un intercambio de opiniones amplio, profundo y sincero sobre los temas relacionados con el establecimiento de nuevas relaciones entre EE.UU. y la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y la construcción de un régimen de paz duradero y sólido en la península coreana” decía uno de los primeros párrafos de este documento.
Dentro del texto el presidente estadounidense se compromete a dar garantías de seguridad a la República Popular Democrática de Corea (RPDC) o más conocida como Corea del Norte. Mientras que Jong-Un ratificó su compromiso de completar la de desnuclearización de la península. Sin embargo, no habla de plazos ni especificaciones.
El documento se basaba cuatro puntos:
1. Los Estados Unidos y la RPDC se comprometen a establecer nuevas relaciones entre los Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea según el deseo de los pueblos de los dos países por la paz y la prosperidad.
2. Los Estados Unidos y la RPDC se unirán a sus esfuerzos para construir un régimen de paz duradero y estable en la Península de Corea.
3. Reafirmando la Declaración de Panmunjom, del 27 de abril de 2018, la RPDC se compromete a trabajar hacia la desnuclearización completa de la Península Coreana.
4. Los Estados Unidos y la RPDC se comprometen a la recuperación de los POW / MIA (prisioneros de guerra y desaparecidos en acción de combate) restantes, incluida la repatriación inmediata de aquellos ya identificados.
A pesar de la firma de este documentos, muchos analistas y expertos no han quedado conformes. La consideran muy amplia y no vinculante. Para el periodista Mauricio Rodríguez, quien fue corresponsal en el conflicto de las Farcs y escribe artículos para BBC Mundo, cree que no ha pasado nada realmente para llegar a la paz en la península Coreana y que el documento solo deja “una gran nebulosa, ¿cuáles son las fechas? , ¿cuáles son las acciones concretas que han establecido ambos mandatarios? ninguna”.
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Lo que dejó el encuentro
Tanto Trump como Jong-Un, solo tuvieron buenas palabras sobre esta reunión y dejaron atrás los insultos entre ellos. Kim Jong-Un, escueto pero preciso, dijo que “El mundo verá un cambio grande” y agradeció al presidente Trump “por hacer que esta reunión ocurriera”.
Por su parte, el mandatario estadounidense aseguró que tendrán “una relación fantástica, no tengo dudas” y que todo salió "mejor de lo que nadie había esperado". Cómo siempre, Trump declaró a través de Twitter, en donde asegura que esta reunión detuvo una catástrofe nuclear.
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Infografía: Fuerza Informativa/ Tania Catalán
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